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En el Teatro de los Sueños, Pellegrini es el rey. El chileno y sus hombres obraron un milagro al salir indemnes de un duelo en el que fueron dominados y en el que el United dispuso de sobradas ocasiones para ganar con comodidad, pero ni la vuelta de Ronaldo pudo evitar que, en su segunda visita a Manchester, el Submarino repitiera resultado. Un empate que sabe a victoria, pues a los puntos fue claro perdedor, aunque aquí lo que cuenta son los goles y de eso, no hubo.
En la primera mitad se vio mucho más a Diego López que a Franco. Intervino diez veces más Gonzalo que Matías y Godín que Cani. Capdevila fue mucho más protagonista que Pires y así hasta concluir que el Villarreal sólo existió en defensa, que lo que suponía atacar era un monólogo del United que, con un equipo plagado de suplentes, acorraló al Submarino anotándose el periodo a los puntos. Los amarillos no tuvieron posesión, ni otras de sus habituales señas de identidad, sólo aprobaron en defensa y gracias en parte al colegiado, que se comió dos penaltis, al menos uno clarísimo, por derribo de Eguren a Park. Será una señal de grandeza de este Submarino al que ya respetan hasta en Old Trafford.
Con la entrada de Cazorla el panorama cambió para el Villarreal, fue como un anuncio de que esto ya iba en serio y que tocaba ir al frente. Por fin Pires tenía un socio, Ángel se atrevía a subir y al United le tocaba trabajar atrás, donde más sufre. En una triangulación de calidad, el Guille Franco se quedó a las puertas del cielo: su remate de tacón lo frenó el poste. Ferguson se asustó y sacó artillería, Anderson y especialmente Cristiano Ronaldo, con toda la carga emotiva y de todo tipo que eso suponía para los locales. Old Trafford se puso en pie y ahí se quedó esperando que el nuevo asedio, ya comandado por CR, doblegase a Diego López.
"Nos ha faltado finalizar. Hemos jugado contra un equipo con mucha experiencia y que ha defendido muy bien, pero hemos creado suficientes oportunidades para ganar. Me ha parecido que las jugadas controvertidas eran penaltis a nuestro favor, especialmente la de Park. Esperaba el buen recibimiento a Cristiano, fue leal a este club durante cinco años y la afición le perdonó".
"Ha sido un muy buen punto ante un gran rival. Lo importante es que sumamos un punto y le quitamos dos al Manchester, además también hubo un empate en el otro partido del grupo por lo que nos vamos conformes. Aún quedan cinco encuentros para buscar la clasificación, pero éste fue muy complicado, cerrado y disputado, pero el empate entre ambos fue justo".
Los 100 valientes que viajaron hasta Manchester para ver a su equipo ante el campeón de Europa pudieron disfrutar de las tablas. En tres partidos, tres empates. Se rompen así 15 victorias seguidas del United como local.
Fuente:As
Los chicos de oro pusieron el final feliz a la actuación española en los Juegos Olímpicos de Pekín. Una derrota memorable que hizo revivir el espíritu de los hombres de Antonio Díaz Miguel en Los Ángeles'84 y que demostró que el baloncesto español se ha instalado en la excelencia desde hace tiempo. Ahora se mide de tú a tú con los gigantes atletas americanos de la canasta.
El madrugón mereció la pena, como lo fue trasnochar en el lejano verano del 84. España se volvió a vestir de plata a lo grande. Pero en esta ocasión hubo partido y quebradero de cabeza para el conjunto norteamericano, que debió emplearse a fondo para derrotar al talento fresco de Pau Gasol y los suyos.
Veinticuatro años han pasado desde la plata de Los Ángeles 84 y, como dice hoy el director de AS en su columna, nadie nos conoce. Quizá el partido de hoy contra la todopoderosa selección NBA sea el mejor ejemplo de ello. Entonces perdimos por más de treinta puntos (96-65), contra un brillante equipo universitario -que no profesional-, en un encuentro al que asistimos como meritorio sparring. Hoy caímos sólo por once y dimos guerra hasta el cuarto y último cuarto. España es un país moderno que cuenta con notables representantes en casi todas las modalidades deportivas, sean éstas olímpicas o no.
Los once puntos de diferencia no hacen del todo justicia al partido disputado (y disfrutado) en el pabellón Wukesong de Pekín. Estados Unidos fue siempre superior y mandó siempre en el marcador tras los minutos iniciales, pero España se mantuvo siempre viva, relativamente cerca del milagro hasta los últimos minutos.
Arranque prometedor
España salió bien en el primer cuarto. Atrevida, descarada y enchufada, con una actitud intachable sobre la cancha ante el rival más temible, el mismo que en la fase de grupo nos endosó una implacable paliza. Navarro parecía recuperado para la causa, con ganas de demostrar su valía ante los mejores jugadores de la Liga a la que ha decidido decir adiós. Y Pau Gasol imponía respeto sobre los hombres altos. Los chicos de oro llegaron a mandar en el electrónico durante unos minutos. Pero la ilusión duró lo que tardó la tenaz realidad en hacernos despertar del sueño. Los elegidos de Mike Kryzewski, con un inspirado Dwyne Wade (21 puntos antes del descanso) y con Pau tomándose un respiro, forzaron la máquina con constantes penetraciones a canasta.
Raúl López y Ricky Rubio se cargaron enseguida de faltas -3 y 2 respectivamente- y las jugadas de dos más uno se sucedían sin remedio. Desde la línea de tiros libres el Dream Team cosechó el colchón de puntos que le permitió dar la vuelta al marcador hasta el 31-38 con el que finalizó el primer cuarto.
Una ventaja que prácticamente se mantuvo al descanso (¡61-69!) a pesar de que en el segundo cuarto Bryant, Lebron James y el propio Wade amenazaron con agrandar la brecha en el marcador a base de intensidad, robos de balón y triples (8 de 14). Pero España no se descompuso y mantuvo el tipo. Ni siquiera con las constantes concesiones de los colegiados a las estrellas de la NBA, que en Pekín viven como en casa a pesar de los supuestos arbitrajes FIBA. El sueño aún era posible. Sobre todo recuperando cierta intensidad perdida y la cabeza y la zona reclamada a gritos por Aíto García Reneses desde la banda.
Con Navarro en su mejor versión y con unos enormes Marc Gasol y Felipe Reyes, fajadores incansables de los intereses patrios bajo los aros y los empujones del tatuado Anthony y el descomunal Howard, España llegó a ponerse a cuatro puntos (67-71). Pero a cada oportunidad que la Selección tuvo de igualar el marcador, el exceso de ansiedad bloqueaba la efectividad anotadora. La jugada se precipitaba y el aro acababa con escupir el balón. Así transitamos, entre la ilusión y la desesperación de quien no logra aprovechar sus oportunidades, hasta el final del tercer cuarto (82-91).
España rozó el milagro
En un partido increíble, España alcanzó el último cuarto con opciones reales de victoria sobre el segundo mejor equipo que la NBA ha llevado nunca a unos Juegos Olímpicos, aquel inolvidable de Barcelona'92, con Jordan, Bird, Magic, Robinson, Barkley... En unos minutos mágicos, en los que vivimos con el corazón bombeando a toda máquina, los chicos de oro se colocaron a dos puntos de la igualada (89-91), gracias a un espectacular alley-oop rematado por Gasol y un soberbio triple de Rudy Fernández. Inciso: partidazo del próximo jugador de Portland, que incluso osó a hacer un mate 'in your face' a Dwight Howard.
Pero la amenaza volvió a convertirse en acicate para el equipo yanqui, todo un compendio de talento y fortaleza física, que encontró siempre el triple o la conexión adecuada en el momento justo. La ecuación improvisada que distancia a los buenos de los mejores. Bryant se deshizo de lo que parecía un tapón colosal de Felipe Reyes para mantenerse en el aire y encestar. Y Williams acertó instantes después desde detrás de la línea de 6,25 metros. Ahí se acabó el sueño de una Selección histórica, que acarició la gesta imposible y que ha instalado al baloncesto español en la élite mundial. Toda una licencia para soñar.
Fuente:AS
Emotiva fue su última presencia sobre el tapiz. Almudena Cid sabía que éste ya sí era su adiós definitivo y disfrutó. Bajo las notas del aria de Turandot 'Nessun dorma', la vitoriana se dejó la piel en su despedida, que celebró como ayer, besando ese tapiz donde tanto tiempo ha pasado y la cinta rosa y blanca, en la que estaban impresas los cuatro Juegos en los que ha participado (Atlanta'96, Sydney'00, Atenas'04 y Pekín'08).
El duelo por el cetro olímpico y por suceder a Alina Kabaeva fue cosa de cuatro gimnastas como sucediera en la calificación aunque la vencedora se conoció en el tramo final. Las rusas Evgeniya Kanaeva, campeona de Europa, y Olga Kapranova, y la ucraniana Anna Bessonova, actual campeona del Mundo, a las que se unió la bielorrusa Inna Zhukova, séptima en Atenas. Kanaeva no fallaba y se mantuvo al frente de la clasificación tras cada rotación, siempre seguida de Kapranova, que vio como en la tercera, con un mal ejercicio con las mazas, perdía los puestos de podio, en detrimento de Inna Zhukova, que remontando se situó segunda.
También aprovechó el traspié ruso, Anna Bessonova, que después de brillar con el aro como hiciera en el Mundial de Patras y bajo la banda sonora de 'Gladiator' reivindicaba su calidad sobre el tapiz con un soberbio ejercicio que le permitía luchar por las medallas. Sin embargo, los jueces no estaban de acuerdo con esa gran actuación y lastraban con 'pobres' notas cada ejercicio de la ucraniana, que se mostraba desconsolada a la hora de recibir sus calificaciones. Sin embargo, vio reconocido su trabajo repitiendo en Pekín el bronce logrado en Atenas.
Manuel Salinero / AS.COM | 23/08/2008
Que nunca llueve a gusto de todos es bien sabido, y que en España el dicho se cumple con demasiada frecuencia, también. El nuestro es un país tan proclive a las sequías como a las inundaciones, una tierra que oscila entre la sed de algunas zonas y la abundancia de otras, un mosaico donde los amarillentos campos de cereal abrasados por el sol conforman una hermosa simbiosis con los verdes pastos norteños.
De todas esas Españas, de la árida y de la de las verdes praderas, han salido los deportistas que han impulsado la actuación de España en los Juegos Olímpicos de Pekín.
En apenas una hora, la mañana del 23 de agosto vio llover medallas como no se recordaba desde Barcelona '92. Sólo fueron tres, es cierto, pero fueron tres preseas emocionantes, repletas de la ilusión que transmiten las jóvenes generaciones.
Entre la danza acuática de nuestras nadadoras y los robustos piragüistas puede que no haya ninguna sincronía más allá del entrenamiento y las exigencias que exige cada disciplina y a la que todos se entregan con férrea disciplina. Sin embargo, todos ellos, comparten un mismo destino: el agua.
Ellas, finas, estilizadas y elegantes en el agua; ellos, fuertes, robustos, poderosos brazos marineros a sus remos; todos le han regalado a España una marea de medallas que obliga a mirar al agua con el mayor de los respetos.
Las chicas de sincronizada, capitaneadas por dos veteranas como Andrea Mengual y Paola Tirados, han sabido hacerse un hueco entre las potencias del Este para dar a este otro país una medalla de plata por equipos histórica.
Minutos antes, un gallego, un pontevedrés de Cangas do Morrazo, clavó una de sus rodillas en la piragua rumbo a una medalla de la que sólo le separaban 500 metros. Y la consiguió, también de plata, el mismo metal que se colgó en su ancho cuello el día antes en una distancia doblemente exigente, los 1.000 metros.
La presea de Cal era la cuarta del piragüista gallego en unos Juegos Olímpicos. Un lustro antes, con sólo 20 años, se llevó un oro y otra plata en Atenas; con 24 años ha repetido el mérito -porque dos platas lo tienen-, y con 28... ya veremos de lo que es capaz este Cal dentro de cuatro años en los canales de Londres, mucho más semejantes a las densas y brumosas aguas de las rías gallegas en las que nuestro abanderado se curte durante el año.
Con lo que ya nadie contaba era con el oro de Craviotto y Carlos Pérez 'Perucho' en K2. Dos policías que se fueron a Pekín a remar y que han terminado por ganar la que, hasta ahora y junto al bronce en pista de la ciclista Olaberría, es posiblemente la medalla con más valor lograda por los deportistas españoles.
El triunfo de estos piragüistas supone el primer oro que consigue España en la disciplina de kayak en la historia de los Juegos Olímpicos, y la tercera medalla que nos otorgan las piraguas en la cita de Pekín. Además, no ha sido cualquier victoria, sino que ha llegado tras derrotar al K2 alemán, los máximos e indiscutibles candidatos al oro. En 500 metros los germanos no tenían rivales, acumulaban ocho años sin conocer la derrota, pero los españoles les han devuelto a la realidad.
Son tres medallas enormes, que sí se añaden a la individual obtenida por Genma Mengual en su baile acuático y a las dos que ha conseguido la vela, suman un total de siete medallas de las 17 que ya tiene aseguradas España en Pekín, un repertorio de triunfos merecidos que nos reconcilia con el nivel de nuestro deporte y que, además, dignifica el propósito de quienes no sólo luchan contra su propios límites sino tambien contra los que añade el terreno en el que se sumergen.
En el líquido elemento, donde cuentan que está el origen de todo, ha encontrado España su trampolín para resurgir en los Juegos Olímpicos y empaparse de gloria. Mojados se está mejor, que nadie nos seque.
Fuente:AS
El piragüista español David Cal ha conseguido la medalla de plata en los 1.000 metros de la modalidad C-1 de los Juegos Olímpicos de Pekín.
El gallego realizó una mala salida que le obligó a remar contracorriente hasta situarse cerca del húngaro Attila Sandor, pero finalmente no pudo culminar su remontada y tuvo que conformarse con la segunda plaza con un tiempo de 3:52, a dos segundos del piragüista húngaro.
Con esta medalla David Cal suma tres en su palmarés olímpico, con dos platas y un oro, y el viernes tendrá la oportunidad de conquistar otro metal en la final C-1 de 500 metros.
La plata de Cal supone la duodécima -asegurada la plata en hockey hierba- que consigue la delegación española en los Juegos Olímpicos de Pekín, donde España ocupa el puesto 14 en el medallero.
Fuente:As
La octava medalla de España en estos Juegos de Pekín cayó en manos de alguien inesperado. Pero los que conocen a Leire Olaberria siempre confiaron en ella. Esta guipuzcoana, nuestra única representante femenina en pista, era una de nuestras 'tapadas' porque, a pesar de que no se hablaba mucho de ella, ha confirmado que su cuarto puesto en puntuación en el Mundial de Manchester de hace unos meses no fue fruto de la casualidad.